El escenario de la historia en el siglo XX, contra lo que sucedía en siglos anteriores, no han
sido océanos, montañas o continentes exóticos, sino las ciudades, nuestras propias
ciudades. Sus edificios, monumentos, equipamiento urbano son hoy sobrevivientes de la
escenografía, las bambalinas, el decorado de los dramas del siglo XX, desde las escalinatas
de San Petersburgo hasta el Muro de Berlín, pasando por los hierros desnudos de la cúpula
de Hiroshima.
Diario del Pintor

Lo que Manuel Terán ve con su paleta retratista – Martín F. Yriart