No es fácil encontrar hoy artistas decididamente decantados por el vocabulario
de la pintura. Y no es fácil porque el mundo de ahora premia mayoritariamente y anima
con denuedo al colectivo que lo compone a progresar desde la palabra metafísica
compositiva, a que elabore dentro de los territorios dirigidos al intelecto, que resuelva
con prisa sus preposiciones, que ejecute sus trabajos dentro de los formatos
establecidos por la moda, o bien, que se adhiera a los caprichos de las conductas
demandantes. Aquí no se acaba esto. Únicamente he pretendido recoger a modo de
epítome lo que acontece en este tráfago artístico que nos abraza…
Diario del Pintor

En la soledad del paisaje – José Manuel Álvarez Enjuto